Mi fin de semana en terminó con broche de oro comiendo riquísimo en este hermoso hotelito boutique de 10 habitaciones con una pequeña alberca y un club de playa padrísimo (sin consumo obligatorio, con buena música y un excelente servicio) y el chef Raziel Burela Flores y todo su equipo nos apapacharon con un exquisito menú degustación compuesto de un fresco ceviche de camarón, pescado y callo de hacha con leche de tigre, pepino y aguacate; unas empanadas de plátano asado rellenas de frijol y quesillo; un guacamole de hierbas con granada, brotes y hierbas mexicanas; papas rostizada con longaniza de Valladolid, crema y queso fresco; un delicioso sikilp'ak (dip de pepita tostada, tomate y aceite de habanero); seguimos con tres tacos: uno de kastakan con aguacate, salsa tatemada, rábano y xpelón, otro de setas rostizada y otro de cochinita pibil y xnipec; de platos fuertes un pork belly con recado negro, puré de zanahoria con vainilla de Papantla y col curtida y un pulpo al grill con arroz a la tumbada y curtidos; terminamos con dos postres, ambos deliciosos: piña rostizada marinada con especias, crema de coco y maracuyá y un flan de queso de bola y salsa de cajeta al mezcal maridados con un martini de elote (me encantó, tendré que hacerlo en casa y les paso la receta!).
Los platillos los habíamos maridado con un mezcal con jamaica y un mule de guayaba, muy bien preparados por el mixólogo de la casa!
Mil gracias por todas sus atenciones y por compartir con nosotros su talento!
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